Tuesday, March 13, 2012

El Vicio del Verso


Señor Ondervo,

deduzco que mi previa misiva ha silenciado su no-tan-sutil insistencia en (metafóricamente) restregar su entrepierna en la cara de todo intelectual del país como símbolo fálico del superego/immortalidad del logos (la entrepierna, no el país). Su ausencia la veo duplicada por su apariencia anteanoche en la serie popular "Mujeres y Hombres y Viceversa," obviamente como público y consejero, ya que dicho programa se alimenta de la sexualidad mediante la imposición de peinados catárticos de carácter mito-apropiante, del cual su cabellera, melenuda pero desharrapada (producto de una delusión por la masculinidad vikinga y una fantasía post-Disneyana de la seducción), no demuestra ni por mimesis. Normalmente, como todo buen español, la hora en la cual tropecé con su fantasma (y viceversa) la dedico a la contemplación del sistema social europeo en contraste con el audaz y perverso páramo de la naturaleza mediante una mezcla de documentales de la cadena TVE 2 y los esclarecedores procesos neurológicos del sueño en fase REM; pero en esta ocasión, habiendo sido avisado de su aparición por un email (el cual mandé directamente a la carpeta de spam junto con varios mensajes que proponian o bien metodos para el alargamiento de mi (ya protuberante) miembro, o bien una recompensa a cambio de mi auxilio a algún principe nigeriano para conseguir su herencia - con toda sinceridad, mi amable Ondervo, aun no discierno entre los tres email, y encuentro sus tres mensajes expuestos a la misma luz), decidí postponer mis divagaciones rituales.

Su fantasma no le favorece, señor Ondervo. La aparición muerta-viva (grabada, recordada) en la grada de un circo exuberante, de un dumb show de operaciones sin signo ni flecha - flecha de cúpido que apunta al ojo que no ve - la aparición le traiciona. Debería mencionar que admiro su valentía al intentar inyectar (lo que se podría, en cierto caso, en comparación a la zona cero de la cultura que son los realities) un poco de pensamiento en el ambiente ecstático y entumecido que es el entertainment. La etimología de su nomenclatura merece atención peculiar. Realities implica una usurpación de la realidad por el simulacro como prefigurada por Baudrillard. El peinado-en-tanto-que-rasicare-caelum, el falo tieso en su vertiginoso mito (monte Olimpo de la estética post-futbolística Europea), metódicamente procurado, intencionado como símbolo de proeza sin acto, se toma como reality, borrando la grieta entre el positivo y el negativo, entre la realidad material y la parodia de la misma por el la mimesis televisiva en tanto que suplemento del evento, y por lo tanto, del sujeto.

Con respecto a sus comentarios en el programa, me temo que no pude prestar atención debido al fantasma de otro mito invertido, el monte Olimpo duplicado de una ninfa sin alhimento.


All best,

Álvaro ('Alabaster´) Crátulo 

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