Aquí (a quién?) John Gueras. Aquí y en otro lugar ya pasado, siempre devuelto. John Gueras, al que (se) podría llamar yo al ser yo el que es mismo y no-mismo: John - un sin embargo. Gueras, que no es decir (es decir, que es no-decir:): Guéras.
John Gueras: filósofo, psiquiatra y especialista en estética capilar (vulgarmente conocido como peluqueriólogo).
Espero que mi intrusión en su e-spacio no sea causa de alarma. Lectores fieles (qué lector lo es? qué lector no?) del Blog habrán trazado un sutil hilo trazado, me arriesgo a decir, un cabello alzado, que atraviesa el matorral "ahogado en tintero" del Blog (el cual se terminó por llamar Ritual Exquisito a pesar de que mi propuesta fuese incalculablemente mejor: P(e)log).
Al grano (término con el cual no intento devaluar la máxima importancia del diminuto grano, digamos como es el grano para el joven adolescente en la noche de su gran cita con la chica de sus sueños (erótico-Freudianos), la expresión en sí quizás mejor expresada por núcleo, clímax, o carne): Pienso usar el blog (luego e-xisto). Solo espero que mi fama internacional (os refiero, queridos lectores (y cuales no lo son? y cuales sí?), a la traducción de mi último libro de ensayos al Croata y al Catalán y a la adaptación de mis dos ensayos "P/N" y "El Reinado y el Peinado: el pe(i)ne y el rey no" a la pélicula Donkey Punch) no haga un p(r)ostíbulo de este humilde (pero grandioso) (d)e-spacio.
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Pero mi función aquí hoy no es propagar mi obra. No pienso ser otro falocutor, otro falogorreico teórico imponiendo mi fa(l)lo en la cara del lector.
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Pero dejemos a un lado la introducción, en el margen, sábana blanca que envuelve el oscuro miembro del falogos, pista grabada, patines que graban blanco sobre blanco en la textura áspera de la fría página.
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En realidad vengo como el pergamino del mensajero. Palimpsesto que la historia obliga. En mis (simbólicas) manos: "Paris tiene a Elena, que estalle la guerra": Álvaro, ayer entró en mi estudio Micaela. Dejó caer su melena para su sesión de cada miércoles (debería aquí hacer el favor al confundido lector (todos lo son) de explicar la naturaleza de mis sesiones con Micaela Mond: leo su pelo, texto sobre el blanco de su cuerpo. El campo de la psiquio-peluquería tuvo su auge en Perú hace varios siglos) y en lo que cualquier esteta mediocre (y hasta el más bueno) habría detectado una mera schizotrichia (vulgármente conocida como punta abierta), encontré colgando un cabello, corto y oscuro, grueso y rizado, cuyo origen no hace falta título (Cum Laude en la University of Kent) para reconocer - genital Africano.
No quería ser yo, Álvaro, pero bien sabes que alguién ha de ser el que se podría llamar yo por ser sí mismo (que dice lo no dicho), pero solo si es el que (se) l(l)ama.
Lo siento.